El dúo inglés Autechre acaba de editar uno de los mejores álbumes de su vasta trayectoria. Sean Booth y Rob Brown parecen querer realizar el sueño de ilustres visionarios como Luigi Russolo: tratar de crear una "música" acorde con los tiempos actuales, en donde la presencia de las máquinas exige que las consideremos nuestras aliadas y amigas. Autechre (Ae), las considera de su misma raza.
Así, Draft 7.30 comienza con una suave alfombra percusiva llamada "Xylin Room", elaborada por algún ente autista, que oculta al final del track una melodía ininteligible. A esta apertura le sigue "IV VV IV VV VIII", pieza que posee un inicio harto bailable, pero que pronto muta a un ambiente de ritmos invisibles -están y al mismo tiempo no están o no quieren ser.
"Tapr" bien podría ser un frío mensaje jeroglífico escrito por insignes personajes de alguna novela de Isaac Asimov o de La Nueva Atlántida de Francis Bacon. Pero, para poder decodificarlo debes primero abrazarlo, amarlo, sin prejuicios. Transfigurarte con él. En tanto, "Surripere" recuerda al Tri Repetae, tomando el control, a la mitad de la composición, el "error" que Sean y Rob transforman en paisaje vivo. Los Autechre se divierten por 11 minutos con este juguete nacido de la hibridación Tri Repetae + LP5.
En "Theme Of Sudden Roundabout" el dúo desata tormentas sobre una estructura rítmica tan (in)manejable como una dulce amalgama desmesurada. La melodía que intenta surgir después podría haber sido creada en un amplio salón por un ser solitario sentado al sinte.
A estas alturas uno entiende que los Ae conciben la música como un arte en toda la extensión del término, explorando su esencia, subvirtiéndola. Más allá de lo que implica ser músicos de rock (¿?) o de electrónica, ellos son genuinos artistas.
"VL AL 5" nos remonta, otra vez, al Tri Repetae debido a la base del paisaje rítmico. "P.:Ntil" luce como una pintura hecha por un joven robot internado en un hospital para enfermos mentales. "V-Proc" podría ser el futuro del hip-hop (año 4000, más o menos - o sea, cuando los humanos se comuniquen ya telepáticamente). Y el último track, "Reniform Puls", podría haber sido extraída del Chiastic Slide, comienza con percusiones delicadas y veloces. Los sonidos utilizados parecen tejidos con la paciencia de un santo (o de docenas de ellos). Esto suena a máquinas que despiertan contentísimas a un nuevo día.
Así finaliza Draft 7.30, un álbum que deja vislumbrar en el futuro de Autechre momentos de juvenil, inquieta genialidad. Si estás cansado del trillado rock'n'roll, sumérgete en este océano de infinitas sensaciones. Esta vez tu cerebro te lo agradecerá.
Wilder Gonzales Agreda.
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